martes, 27 de noviembre de 2007

Eugenesia

Una dama de calidad se enamoró con tanto frenesí de un tal señor Dodd, predicador puritano, que rogó a su marido que le permitiera usar de la cama para procrear un ángel o un santo; pero, concedida la venia, el parto fue normal.
Ben Ionsiana, Drummond (1618).

2 comentarios:

margarida dijo...

¡pobre dama!
ya veo que lo del tema agujas va en serio...¡qué bien!
besitos

Anónimo dijo...

que bien mañana desayuno!! no se si con diamantes , pero con mucho
arte si , porque nosotras lo valemos
besos
deberia comentar algo de la entrada del blog ,,, no se
me copio de marga que no estoy pa pensar no
!pobre dama!