lunes, 19 de noviembre de 2007

Noche de febrero



Te lo juro, créeme - la sala estaba oscura - pero la música llamó al centro de la sala - la sala se oscureció del todo en la oscuridad - yo estaba en tinieblas - sentí que por más oscura que estuviese la sala era clara - me abrigué del miedo - como ya me había abrigado de ti mismo -¿Qué encontré?- nada, salvo que la sala oscura se llenaba de esa claridad que se adivina en lo más oscuro- y que yo temblaba en el centro de esa difícil luz - créeme aunque no pueda explicarlo - hubo algo perfecto y lleno de gracia - como si yo nunca hubiese visto una flor - o como si yo fuese la flor - y hubiese una abeja - una abeja helada de pavor ante la abeja que era muy dulce - créeme aunque yo no crea - porque también sé qué podría una abeja viva de pavor querer en la oscura vida de una flor - pero créeme - la sala estaba llena de una sonrisa penetrante - un rito fatal se cumplía- y lo que se llama pavor no es pavor - es la blanqura subiendo de las tinieblas - no quedó ninguna prueba - no puedo garantizarte nada - yo soy la única prueba de mí.

Para no olvidar, Clarice Lispector.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno. Esta dama brasileña que haces tan tuya y que siempre me recordará a tí.
Besos.