He oído a Lucio Flaco, sumo sacerdote de Marte, referir la historia siguiente: Cecilia, hija de Metelo, quería casar a la hija de su hermana y, según la antigua costumbre, fue a una capilla para recibir un presagio. La doncella estaba de pie y Cecilia sentada y pasó un largo rato sin que se oyera una sola palabra. La sobrina se cansó y le dijo a Cecilia:
- Déjame sentarme un momento.
- Claro que sí, querida - dijo Cecilia-, te dejo mi lugar.
Estas palabras eran el presagio, porque Cecilia murió en breve y la sobrina se casó con el viudo.
- Déjame sentarme un momento.
- Claro que sí, querida - dijo Cecilia-, te dejo mi lugar.
Estas palabras eran el presagio, porque Cecilia murió en breve y la sobrina se casó con el viudo.
De divinatione, I, 45; CICERÓN.
1 comentario:
¿Y eso cómo se interpreta? Que nunca debo cederle mi sitio a nadie, ¿no?
Tal vez vayamos a Granada este fin de semana, aún no es seguro. De todas formas no te preocupes por lo de dormir porque tengo las llaves de casa de mi hermana. La cosa sería que tendría que mandarte la autorización y las fotocopias del d.n.i por fax para que lleguen a tiempo, pero no sé a qué fax mandártelas, ¿al de la papelería de al lado de tu casa? Tal vez deje eso para más adelante y vayamos de todas formas. Mua mua!
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