martes, 9 de octubre de 2007

La nube


La próximidad del macho hace a la hembra curva.
Los sauces y las nubes se dirigen sin moverse a un punto en medio del silencio.
En el centro del silencio está ese punto en el que permanecen y se reúnen sauces y nubes. Macho y hembra.
El rojo y el azul, el hueso y la carne. En ese punto hay un espacio cuya extensión se dilata todo lo necesario para que quepan cientos, miles de lentos, extraordinarios matices de colores planos.
El reflejo del agua sobre el que caen los brazos de los sauces se alza, las ramas tocan el cielo y el silencio se repite. Se duplica el punto central en que está de acuerdo. Se tocan macho y hembra.
En el silencio hay un punto que coincide con la sombra de la verdad, y esa sombra provoca la luz suficiente.
Macho y hembra se tocan.
LLora el sauce. Las puntas del sauce tocan tierra pero algunas, situadas sobre el agua del silencio , por reflejo alcanzan las nubes.
Las nubes lloran agua que va a dar al sauce, que alcanza las raíces, agua alta que se mete entre los pies del sauce, bajo la tierra.
Las curvas de la hembra y las rectas del macho se interceptan , se cruzan en el tiempo, se aparean.
Nube en el sauce y sauce en la nube.
Amador, Rafael Courtoisie.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Son lindas las cositas que estás poniendo. Y hermosísima esa mamá!! Enhorabuena, Blanca, será preciosa!!;)
Un abrazo fuerte, gustosa amiga